El río deja de llevar piedras,
sabe que los pájaros azules
dejaron de cantar hace tiempo;
el verde reina sobre el invierno
casi puedo oír el silencio del viento,
mis alas tan severamente dañadas
se quejan sin remordimientos,
aunque nunca dicen nada.
El anciano me observa
cuando el humo me domina
y los nativos bailan
con mis creencias enterradas.
He visto el cielo cayendo,
la luna parece un huevo
y el sol nunca desaparece;
los sapos intentan reinar
pero el agua sabe a miedo,
un pastel flota en mis sueños
y la niña ríe conmigo,
y yo corro hacia el infierno
Dos mas en mi bolsillo vacío,
mi oscuridad ciega a mis cómplices,
una locura insana y sofocante,
colores y letras sin sentido.
Todo viene y siempre va,
se concentra la energía
y fluye libre sin retorno;
la muerte danza conmigo
y me agradece por la compañía,
el cielo parece tan simple
y el cuervo tan sonriente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario