- Le juro señor que nunca la he visto, le juro señor que no la conozco. Le juro por mi madre que nunca la habia visto
- Mirala bien, tal vez la recuerdes.
- ¿Porque me obliga a hacer esto señor?, no es muy agradable, y ya le dije mil veces, no la conozco.
- ¿Porque lloras, acaso te da miedo el frio, que no eres hombrecito?
- Es el frio de los ojos de ella lo que me da miedo señor, eso y nada mas, pero le juro que nunca la habia visto. ¿Que Dios no me oye cada vez que digo lo mismo?, ¿cuantas veces le voy a repetir que no la conozco, que nunca la he visto?
- ¿A poco no la conocias de cuando la seguias hasta la escuela?
- ¡No la seguia!, estudiabamos juntos, pero yo nunca la seguia desde su casa, nunca esperaba escondido tras la cerca a que ella saliera con su reluciente vestido blanco, le juro que no la conozco señor.
- ¿Y porque no la ves a los ojos?
- ¿Como voy a verla a los ojos señor?, si ahora estan tan tristes y melancolicos, tan frios. Antes brillaban mas que el sol, iluminaban a todo el que se pusiera frente a ellos. ¿Como voy a verlos ahora señor?, si antes rogaba por que me vieran, si antes lloraba cuando no lo hacian. ¿Como voy a verlos si hoy estan frios y oscuros como la noche, señor?
- ¿Y ahora si te pusiste romantico?, ¿porque no me dices la verdad de una vez?
- La verdad señor es que no la conozco, la verdad es la que esta en los labios de la niña. La verdad esta en todo lo que dice, y aun morados, sus labios solo reflejan verdad y nada mas que eso señor. Ahi esta la verdad, en la forma como ella hablaba señor, pero no me hablaba a mi. Y ahora menos que pueda.
- Deja de darle vueltas al asunto, jovencito, hable claro.
- ¿Que mas quiere que le diga señor?, yo no la conozco, nunca la he visto. Asi como ella nunca lo hizo, ni ayer que fui a buscarla a la escuela me vio, ni aun cuando un dia antes agarre a golpes a quien la hizo llorar. Me expulsaron, señor, y ella nunca me extraño, pero yo si, por eso regrese a buscarla, pero ella nunca me vio. Por eso le digo una vez mas, que nunca la habia visto señor.
- ¿Quieres hacerte el gracioso?
- No señor, pero le juro que nunca la habia visto, que no la conozco. Asi como ella tampoco me ha visto y tampoco me conoce. Nunca la he visto, ni cuando la segui a su casa ese dia, ni cuando la tome de la mano sin que me notara. No la conozco señor, y ella no me conoce. Ni me vio cuando la tome por la fuerza señor, ni me conocio cuando la obligue a verme y le arranque a mordidas su precioso vestido blanco. Yo no la conozco señor.
- No entiendo lo que dices
- Ya le dije señor, ¿que es lo que no entiende? No entiende que no la he visto, que no pude verla a los ojos cuando grite su nombre y arranque su deliciosa piel. No pude verla, ni puedo verla hoy, porque no la conozco señor. Porque ella nunca me vio señor, ni cuando le llore sobre sus ojos de miedo. Ni cuando le jure que la amaba, señor. No puedo compartirla señor, si no es mia no es de nadie, porque no la conozco, nunca la he visto.
- ...
- Le juro señor, por mi madre, que no la he visto, que nunca la he visto. Le juro senor, que no conozco a Paullete.
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