- Si de caminar se trata mejor no digo nada...
- Asi es como comienzan los problemas y luego se termina en llanto decian pues los señores de la casona.
- Y luego aparte de todo tenemos que ir cargando nuestra cruz; no es justo compadre, no es justo.
- Mejor nos hubiera ido, si nos hubieramos callado cuando paso el carreton ese, maldita sea la hora en que se me ocurrio quitarme las costuras de la boca.
- Ya ni llorar es bueno compadre, mejor que agachemos la mirada como siempre y sigamos marchando oliendo el polvo que nosotros mismos levantamos paso a paso.
- ¿Se acuerda uste´de cuando todo nos lo pintaron de colores bien bonitos?. Puras mentiras namas compadre, puras pinches mentiras.
- Hasta cree que tata Dios se fuera a acordar de nosotros. Nada nos toca de este pedazo de tierra, nada, nada.
- ¡Que se acabe la todo de una vez ya!. Pa´ que voy a estar aqui namas camine y camine a lo loco.
- Ni padre ni madre, nada, nada. Nada nos quedo.
- Pa´ puras penas esta pinche vida.
- Luego que porque acabamos todos sucios y envueltos en llanto, si nada nos dan, nada.
- Y esa maldita casona, ¿de que chingados nos sirve?. Todos los demonios del juanito, de nada sirvieron.
- De haber sabido que de este color era el desierto, me hubiera levantado con el pie izquierdo.
- Si de caminar se trata mejor no digo nada...
La marcha siguio danzando entre el desierto multicolor como si fueran petalos dorados sobre un rio de magma incandescente, uno a uno sus labios se destaparon, quitando las costuras que los sujetaban. Y uno a uno fueron perdiendo fuerza. Asi como llegaron, asi como murieron, asi se fueron llendo y se fueron quedando, amargos y lentos.
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